sábado, 23 de mayo de 2015

Pensamiento 31.

Como un cristal tras ser apedreado. Como los carámbanos estampados contra el suelo. Rota. Siempre en mil pedazos me hallo y siempre arrastrándome por el suelo tratando de recomponerme uniendo las piezas, pero siempre una de ellas se la acaba llevando alguien.
Viví intensamente cada página de este libro, durante mucho tiempo no quería soltarlo, quería leerlo una y otra y otra vez y cada vez lo disfrutaba más sin querer llegar al final, pero ya es hora. Es hora de avanzar.
Vivo siempre huyendo, buscando un lugar donde estar completamente feliz. Por ahora encontré uno, pero me sigue faltando algo. Ya llegará.


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